Nutrición, Microbiota y Fitoterapia práctica

Mejora tu salud desde dentro

Ciencia aplicada a tu alimentación y bienestar


Bienvenida a esta nueva sección

Hola a todos, aquí empieza un espacio que tenía muchas ganas de abrir: un rincón donde hablaremos de nutrición, microbiota y fitoterapia desde una mirada práctica, científica y sobre todo fácil de enteder

Os ire compartiendo información clara, consejos aplicables para el día a día y herramientas para que puedas cuidar tu salud desde dentro, con conciencia y criterio. Iremos desgranando cómo se relacionan la alimentación, las plantas medicinales y los microorganismos que habitan en nosotras, y cómo todo esto influye en nuestro sistema inmunológico, nuestra energía y nuestro bienestar emocional, y por supuesto todo ello sin olvidar la parte física con el Yoga

En un futuro no muy lejano abriré asesorías para quienes queráis profundizar de forma personalizada

Gracias por acompañarme


Zoraida


Microbiota: pequeñas aliadas con un gran impacto

La microbiota humana es el conjunto de microorganismos que viven con nosotras desde que nacemos. No son “bichitos malos”, como a veces pensamos, sino comunidades complejas de bacterias, virus, arqueas y hongos que habitan en distintos rincones de nuestro cuerpo: intestino, piel, boca, vagina, pulmones... y que, en su mayoría, trabajan a nuestro favor.

Aunque apenas representan entre un 1 y un 3 % de nuestra masa corporal, su influencia es enorme. Nos ayudan a digerir alimentos, regulan la respuesta inmunitaria, producen vitaminas e incluso influyen en nuestro estado de ánimo. Cuando todo está en equilibrio, convivimos en una relación simbiótica: ellas nos cuidan, y nosotras las alimentamos.

Pero si ese equilibrio se rompe —por estrés, antibióticos, alimentación desequilibrada o enfermedades—, algunas especies pueden comportarse como patógenas. Es decir, una bacteria que antes era inocua puede empezar a causar daño si se descompensa el ecosistema.

¿Qué hace especial a nuestra microbiota?

Se estima que convivimos con entre 500 y 1000 especies diferentes de bacterias (¡y eso sin contar virus o hongos!). Cada persona tiene una microbiota única, como una huella dactilar microbiana. Además, dependiendo de la zona del cuerpo, viven diferentes tipos de comunidades. La microbiota de la boca, por ejemplo, se parece más a la de otras bocas que a la de nuestros propios intestinos.

A lo largo de la vida, esta composición puede cambiar. Es más, factores como el tipo de parto, la lactancia materna, el entorno o la alimentación durante la infancia marcan las bases de un microbioma saludable desde el inicio.

Algunas zonas del cuerpo, como los pulmones o la placenta, tienen muy poca carga microbiana en condiciones normales. Por eso, estudiar su microbiota es más complejo, pero también fundamental: entender qué “bichitos” deberían estar (y cuáles no) nos ayuda a prevenir y tratar múltiples enfermedades.

Suscríbete para recibir consejos