Prácticas seguras para salud con estrategias conscientes
Bienvenida a esta nueva sección dedicada al yoga terapéutico, una disciplina que para mí es mucho más que una práctica suave o pasiva. Aquí hablaremos de cómo el yoga puede convertirse en una herramienta real de acompañamiento en procesos de salud, especialmente en el contexto de las enfermedades autoinmunes, que son mi especialidad.
Como ya habrás leído o sabrás , vengo del mundo de la ciencia: trabajé durante años como inmunóloga. Esta base me ha permitido unir dos pasiones: la ciencia y el movimiento consciente. Y es desde ahí, desde esa integración, desde donde nace mi forma de entender y transmitir el yoga terapéutico.
En este apartado iré compartiendo cómo abordo el trabajo con personas que viven con patologías crónicas o autoinmunes, qué herramientas utilizo, cómo adapto las secuencias y qué aspectos valoro a la hora de acompañar.
Eso sí, en el blog encontrarás sobre todo divulgación científica, porque una de las cosas que he ido viendo a lo largo de los años es que muchas de mis alumnas conviven con enfermedades autoinmunes sin saber realmente qué significa eso o cómo pueden cuidarse de forma activa.
¿Qué es para mí el yoga terapéutico?
El yoga terapéutico no es un estilo suave ni un “yoga para enfermos”. Es una manera de practicar que se adapta completamente a la persona: a su estructura ósea y muscular, a su sistema respiratorio y, por supuesto, también a su estado psicoemocional.
El trabajo empieza siempre con una entrevista personal y, si es posible, con toda la información médica disponible (pruebas, informes, imágenes...). A partir de ahí realizamos una evaluación postural y respiratoria, y desde ese punto comenzamos a diseñar el camino juntas.
No es un proceso lineal. Las enfermedades autoinmunes tienen altibajos, y el yoga terapéutico también lo contempla. Habrá momentos para fortalecer y avanzar, y otros en los que tocará parar, respirar y sostener. La clave está en escuchar y adaptar, sin forzar.
También hablaremos aquí de temas importantes como el entrenamiento de fuerza en mujeres, clave en el equilibrio hormonal, o la importancia del trabajo respiratorio y meditativo durante los brotes o crisis.
Y algo fundamental:
El yoga terapéutico no sustituye la labor médica ni puede ni debe diagnosticar. No es nuestra función como profesionales del movimiento. Es crucial saber cuándo acompañar y cuándo derivar.
El yoga terapéutico es un camino de autoconocimiento y sanación!
Os leo en los comentarios